ACTUALIDAD

#RezoEnFamilia - Oración por la Juventud.

En el día de hoy, rogamos por nuestros hermanos más jóvenes, pidiendo fuerza y agradeciendo su voluntad de compromiso para ayudar a los demás. Así le pedimos al Santísimo Cristo, por la mediación de su Madre Bendita. También instamos a los hermanos a que durante este momento de oración y recogimiento, iluminen un cirio, preferiblemente en alguna parte exterior de la casa.

Venimos a tu presencia, Dios nuestro, como caminantes, peregrinos, buscadores… y queremos darte gracias, celebrar juntos la alegría de sentirnos hijos tuyos.

Éste es un lugar para el encuentro, encuentro contigo desde nuestras raíces, con nuestra historia y con el hoy tan pobre y pequeño, pero abierto a ti.

Te presentamos nuestros deseos de escucharte, de comprometernos a fondo con la realidad, aunando nuestras manos en un empeño común: conseguir un mundo más justo y más humano.

Por eso te pedimos fuerza para vivir en fraternidad, tantas veces necesitada de escucha y reconciliación. Haznos capaces de acoger la diferencia como don y riqueza de tu presencia creadora.

Queremos llevar tu mensaje de justicia y paz como Buena Noticia a este mundo, que sufre la guerra, el hambre, el odio, la división, la soledad, la indiferencia. Deseamos construir la paz en cada uno de los entornos donde estamos y vivimos. También en nuestros grupos y equipos de trabajo, entre nosotros, que seamos capaces de crear espacios para el diálogo y la armonía.

Que compartamos la vida y la fe, que reine entre nosotros la alegría. Renueva cada día la ilusión por seguirte juntos acogiendo, sembrando y entretejiendo tu Reino.

¡Padre Santo! te pedimos por los jóvenes, que son la esperanza del mundo. no te pedimos que los saques de la corrupción sino que los preserves de ella.

¡Padre! No permitas que se dejen llevar por ideologías mezquinas. que descubran que lo más importante no es ser más, tener más, poder más, sino servir más a los demás.

¡Padre! Enséñales la verdad que libera, que rompe las cadenas de la injusticia, que hace hombres y forja santos. Por en cada uno de ellos, un corazón universal que hable el mismo idioma, que no vea el color de la piel, sino el amor que hay dentro de cada uno.

Un corazón que a cada hombre le llame hermano, Y que crea en la ciudad que no conoce las fronteras, Porque su nombre es universo, amistad, amor, Dios.

¡Padre Santo! Cuida a nuestros jóvenes.

Amén.