FORMACIÓN

Las Hermandades y Cofradías fueron creadas para honrar a Dios y a su Santa Madre a través de su ejemplo y su testimonio; dando especial relevancia al culto, pero sin descuidar otras facetas, como la caridad y la formación espiritual de sus hermanos, fieles y devotos.

En esta línea, las Reglas de nuestra Hermandad declaran que nuestros fines son el culto a Jesucristo Nuestro Señor y a la Santísima Virgen María; la formación de nuestros hermanos y la caridad hacia aquellos hermanos más necesitados.

Con el devenir del tiempo, el equilibrio entre el ejercicio del culto, la formación y la caridad ha pasado por distintas etapas hasta llegar a nuestros días en los que, teniendo el culto una preponderancia manifiesta; no se ha olvidado, ni mucho menos, la promoción y el ejercicio de los otros dos fines.

El plan formativo implantado por la Hermandad, dirigido a nuestros pequeños y jóvenes, representa la muestra más evidente, durante los últimos años, que esa conciencia por cultivar esos otros fines está muy viva en el alma de los cruceros; constituyendo en la actualidad esta labor formativa un empeño comúnmente aceptado y apoyado por todos los hermanos, desde la seguridad de que, en la existencia de unos hermanos bien formados y plenamente conscientes de la realidad en la que nos desenvolvemos, tendremos una Hermandad con sólidos cimientos para acometer los difíciles retos del mundo que nos ha tocado vivir.

El actual proyecto formativo inició su andadura en 2006, recuperado el espíritu de aquella labor truncada de mediados de los años 90 del s. XX. Dicho plan formativo consta de varios niveles, atendiendo a la edad de los participantes, y está atendido por varios Hermanos que organizan e imparten las actividades programadas.

Así, el camino que nos ha enriquecido espiritualmente ha venido de la mano de una acertada Diputación de Formación y Juventud que, perfectamente estructurada desde el inicio de andadura de la nueva Junta de Oficiales, emprendió el reto de formar como cristianos -y como mejores personas- a todos y cada uno de los segmentos de edad de los hermanos, incluyendo la formación reglada del grupo de monitores de nuestro Campamento Vera-Cruz, que celebra su 30º edición. De este modo, el crecimiento más notable de sus proyectos viene de la mano, de nuevo, de dicho Campamento Vera-Cruz. Rompiendo fronteras geográficas y segmentando en un nuevo reparto de edades cada turno, se inició el magno propósito del Campaventura: un nuevo turno que incluyera a los jóvenes con una veintena de edad para desarrollar nuevas capacidades formativas y sociales, en las mejores localizaciones naturales y con la audacia de celebrar una Santa Misa de Hermandad en cada centro de devoción peninsular, recordándonos la maravillosa experiencia en Santiago de Compostela al cumplirse XXV ediciones de esta suerte de proyecto. De hecho, la Diputación de Juventud y Formación ha visto cumplido sus objetivos con creces, pues en los cuatro turnos programados (Primer y Segundo Turno, en agosto; Campaventura, a continuación: Tercer Turno, en noviembre) ha alcanzado la exuberante cifra de 300 campistas, además de lograr, en cada retiro espiritual preparado para el tiempo de Adviento y Cuaresma, una participación fiel al reflejo de una Hermandad despierta y consecuente con las necesidades de una entidad religiosa del siglo XXI. Es plausible traer también a esta reseña la encomiable labor de la Diputación de Caridad y su equipo de trabajo quienes trabajan incansablemente para que el proyecto Vida de Mayores siga su curso cada semana y creando toda una familia, todo un hogar, para nuestros hermanos de mayor edad. Este proyecto es uno de los grandes baluartes de esta Hermandad, pues en cada actividad formativa, visita cultural, charla o encuentro de nuestros hermanos de mayor edad, se ha sentido esa unión de cofrades, ese vínculo fraternal de lo que debe ser una Hermandad a día de hoy.

Con esta intención trabajamos, y con la mirada puesta en el Santísimo Cristo de la Vera-Cruz, amparados siempre por su bendita Madre de las Angustias, seguiremos avanzando, labrando el futuro, para mayor gloria de Dios.

CARIDAD

Uno de los fines de esta Hermandad es el ejercicio de la Caridad, fomentando en los hermanos la entrega a los demás hombres en cumplimiento del mandato divino del Amor. Y siguiendo este precepto, los cruceros soñaron un día con realizar una gran obra asistencial que sirviera de modelo a seguir y espejo donde se mirasen todos los cofrades y creyentes; de este sueño nació la Residencia Asistida para la Tercera Edad Virgen de las Angustias.

La Residencia Virgen de las Angustias inició su andadura en 1998, concluyendo el proyecto solidario para el XXV Aniversario de la Coronación Canónica de María Stma. de las Angustias, como regalo a nuestra Bendita Madre por esta efeméride. El edificio que la alberga es de tres plantas y tiene una construcción en forma de “U”, con un gran patio central al aire. Alrededor de este patio salen las habitaciones, la mayoría para dos personas si bien también las hay individuales, así como diversas salas de espera y atención a familiares y varias salas de estancia para los abuelos. El edificio está muy bien iluminado gracias al patio central y a las numerosas ventanas de su fachada y está dotado con todo lo necesario para que nuestros abuelos puedan tener todas las comodidades que necesiten.

Desde un primer momento esta se concibió con dos características fundamentales: ser asistida (para personas mayores que no puedan cuidarse por sí mismas) y benéfica (sin fines lucrativos); y ambas aspiraciones han conseguido hacerse realidad. Pero, sobre todo, siempre se ha intentado que los ancianos aquí acogidos se sientan como en su propia casa, que tengan el calor y el cariño de la familia crucera. Los residentes han encontrado aquí un hogar en el que sienten la proximidad y atención del personal cualificado que les atiende y la dedicación, sin duda, fraternal y filantrópica de los cruceros que allí acuden durante todo el año. Esta actividad es mayor en Navidad, cuando muchos hermanos acuden a la Residencia para transmitir su amor y su felicidad a todos los residentes para que sientan la ilusión y el cariño de estas fiestas tan entrañables. Cada año la Hermandad organiza una misa de Navidad en la Residencia y prepara la visita del Rey Gaspar, para llevar la felicidad y la ilusión de la Navidad y los Reyes Magos a los ancianos que aquí residen, consiguiendo que pasen unos momentos felices rememorando su niñez.

La Residencia Virgen de las Angustias cuenta, hoy día, con 44 personas viviendo en ella y dispone de un equipo de 28 profesionales para atenderlos. Todo un hogar a la altura de las circunstancias que, además, incorpora en sus instalaciones la capilla-oratorio: centro de oración, recogimiento y apoyo espiritual durante todo el año.

Sin lugar a duda es esta la obra de caridad más importante llevada a cabo por nuestra Hermandad; Pero no ha sido la primera, ni será la última. Mención especial debe recibir la creación, hace más de 30 años de la Bolsa de Caridad de la Hermandad de la Vera-Cruz, idea pionera en este pueblo que sirvió de base para el establecimiento de unos Servicios Sociales en Alcalá del Río. Pero como obras son amores y no buenas razones, la Hermandad de la Vera-Cruz de Alcalá del Río, siguiendo la línea que el deber cristiano le marca, cedió al Ayuntamiento 1000 m2 para que se construyera un Centro Sanitario que fue inaugurado, con la asistencia de nuestra Junta de Oficiales, por D. Manuel Chávez, Presidente de la Junta de Andalucía, el 8 de junio de 1998.

De todas formas, no es este el único proyecto de colaboración con el Excmo. Ayuntamiento, pues también ofrecemos nuestra ayuda a la Delegación de Asuntos Sociales. Además, somos socios colaboradores de las asociaciones AIDIM (Asociación para la Integración de los Discapacitados Ilipa Magna) y de Ayuda al Pueblo Saharahui. La Hermandad también colabora con Cáritas y con la Parroquia. Así, las colectas de las misas más importantes de nuestra Hermandad se entregan para esta admirable labor.

Igualmente, la Hermandad cumple con su obligación de sufragar los gastos de la parroquia, como parte integrante de ella, a través de la cuota parroquial, además de entregar un donativo a Cáritas el Jueves Santo.

Entra en este entramado de labores sociales las donaciones de sangre que, tras más de 40 años sucediéndose exclusivamente gracias a la Hermandad de Vera-Cruz y su Grupo Joven, ha conseguido, solo el pasado año en las tres donaciones colectivas, más 180 extracciones. Nuestro Grupo Joven, fiel al reflejo, también es voluntario en cada campaña del Banco de Alimentos. Y cada en cada recogida, multitud de hermanos de todas las edades, hacen una preciosa labor solidaria en cada uno de los puntos programados por el BAS.

Como puede comprobarse los cruceros somos unos soñadores, pero soñadores que ponemos todo nuestro esfuerzo en hacer realidad nuestros sueños y por eso terminamos haciendo siempre realidad todo lo que soñamos. No cabe duda de que el compromiso es real, tangible. Una auténtica y notable misión, única en nuestra localidad, que no se envuelve ni se disfraza de banalidad bajo un bien aprehendido lema: “obras son amores y no buenas razones”.