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#RezoEnFamilia - Oración del día

Hoy, nuestro Hermano Mayor nos ofrece unas palabras previas a la oración que cada día publicamos para rezar junto a nuestra familia. Nos alienta en la voluntad de ayudar a los demás, como cristianos, por eso nos insta a orar en estos días de necesidad.

Hoy seguimos orando en comunidad. Hoy, después de varios días, seguimos con la conexión permanente de la palabra de Dios, y la hemos convertido en un himno silencioso de nuestra fortaleza. Fortaleza pegada a la Cruz. En estos días hemos vuelto a encontrarnos con una vida familiar intensa, cercana, sosegada, sin prisas…, y es el momento de acordarnos de muchas cosas que disfrutamos y que han sido un regalo de Dios. Somos un pueblo de sentimiento, de buenos sentimientos, y con el Norte en nuestras firmes convicciones religiosas. Somos una sociedad de creyentes que queremos vivir no de cualquier forma sino pendientes de las necesidades de los demás. Somos un pueblo que vive el presente valorando nuestro pasado.  Quién estos días no ha recordado fotos con los abuelos, con nuestros padres o con nuestros amigos de juventud… Y todo, todo en nuestras vidas nos lleva a la Vera-Cruz.

Enfrentamos estos días como una etapa de acercamiento a Jesús, y de intimidad familiar. La tristeza puede aprovecharse como camino de fe. Nada va a ser igual a corto plazo después de lo que estamos viviendo, pero siento de corazón que lo estamos aprovechando. Lo estamos aprovechando para vivir mejor el camino del cariño hacia los demás, valorando mejor lo que tenemos y cómo nos comportamos cuando se necesita de nosotros. Con la oración también se puede cambiar la realidad. Que se lo digan a las Hermanas de la Cruz. La realidad se cambia con oración y con acción. Si nos quitan la acción nos basta la oración. Y la oración nos reconforta y nos hace libres, sin ataduras. Todos los Hermanos en nuestras oraciones nos hemos acordado del Cristo, de la Virgen, de la Parroquia, de nuestra Residencia de Ancianos, y de sus trabajadoras y trabajadores que siguen allí al pie del cañón, de todos los hermanos que se encuentran impedidos en sus casas, o que tienen a los hijos lejanos… Todos nos hemos hecho los mejores propósitos estos días sin el egoísmo de creernos que nuestro problema es el principal.

Por encima de nuestras necesidades hay personas enfermas que necesitan de nuestra oración. Esto es lo mejor y más positivo que estamos sacando de estas circunstancias tan difíciles: la convicción de que lo primero no seamos nosotros, sino los que necesitan de nosotros.  En eso, no hay situación alguna que  nos desaliente. En eso, me enorgullece pertenecer a esta Hermandad que nos ha marcado para siempre. Así se vive la Vera-Cruz.

El Hermano Mayor.

 

Dios omnipotente y misericordioso,
alivio en la fatiga,
apoyo en la debilidad y
consuelo en las lágrimas.
A Ti acudimos para invocar tu misericordia,
ya que hoy experimentamos aún la fragilidad de la condición humana
en la experiencia de esta pandemia mundial.
Atiende la oración que te dirigimos,
consuela a tus hijos,
sálvanos de las angustias presentes y
abre nuestros corazones a la esperanza. 
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos.

 

Amén.