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La Virgen de las Angustias ataviada para Tiempo de Adviento

Sí a Dios...un hermoso cumplido para comenzar así un tiempo nuevo para todos y entre nosotros.

Hoy, la Hermandad de la Vera-Cruz felicita a María Santísima de las Angustias llamándola "Tota Pulchra" e invita, con Ella, a escuchar a Dios y poder transcurrir nuestro Adviento con Él.

La palabra del Cristo Bendito de la Vera-Cruz es su secreto: cercana ésta a su corazón, se hizo carne en su seno. Permaneció con Dios, dialogando con Él en toda circunstancia, y María hizo bella su vida. Miramos hoy con alegría a Nuestra Madre llena de Gracia, que se muestra hermosa ataviada con terno de saya y manto de terciopelo azul Prusia, compuesto con antiguos bordados decimonónicos en oro de realce. Ciñe su cintura nuevo cíngulo hebraico compuesto por ricos y diversos tejidos que, en distintas franjas se distribuyen en un cromatismo de tonos áureos y argentos, combinados con antiguos galones y cordoncillos; rematado con flecos de oro. Esta pieza, donada por nuestro Hermano Francisco Cruz Bernal y ejecutada por nuestro Hermano Manuel Padilla, se anuda con broche  en forma de rosa, de plata y circonios.

En su divino rostro, se muestra Nuestra Señora ataviada con suntuoso encaje de tul y brocado en plata, y pecherín en tul de seda con incrustaciones de lentejuelas y nácar; prendidos sobre él, antiguo broche de plata en forma de sol con perla  central, broche de plata y circonios del que pende gran cruz pectoral en plata y granates.

En su mano derecha porta y estrena en esta ocasión, antiguo pañuelo de nipi y encaje de Bruselas, donado por nuestra Hermana Perpetuo Socorro Viera Sánchez; y de la misma pende antigua cadena y medalla de oro con troquel del Santo Niño Jesús Naciente. En su mano izquierda, antiguo rosario de nácar y plata y ramillete de azahares en plata sobredorada con perlas y circonios. Luce su clásica corona dieciochesca de los Rull; a sus pies, media luna de plata , como símbolo apocalíptico.

¡Oh, Madre Inmaculada, eres para nosotros signo de segura Esperanza!; tu belleza cantamos hoy porque nos revelas que la victoria del Amor es posible y cierta. Madre Amorosa, ayúdanos a ser centinelas del mañana. Madre Dulcísima de las Angustias, danos siempre tu Amor que con Él seremos felices en la Vida y en la Eternidad, Amén.