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CRISTO VENCE. CRISTO REINA. CRISTO IMPERA.

Sentimos los Hermanos de Vera-Cruz de Alcalá del Río, una vez concluida nuestra Estación de Penitencia, profundo gozo y satisfacción, plenitud en el espíritu y gratitud infinita.

Cristo vuelve a ser el verdadero sentido y fundamento de este día fundamental en la vida de los cristianos, sin el que no se entiende la historia de nuestro pueblo. Celebramos la institución de la Eucaristía y el sacerdocio y conmemoramos el Amor Fraterno, aquel por el que nos damos al otro. Santo y seña de los fines de esta Hermandad. Decía nuestro Hermano Mayor en su intervención en la Ermita de San Gregorio:

“Un Jueves Santo de amor. Amor Supremo del Cristo de la Vera-Cruz que da su vida por todos nosotros. El Cristo de la Vera-Cruz hoy, y todos los días del año, es Luz de todos los cruceros, es Luz de Alcalá del Río, es la Luz que lo ilumina todo.”

Cristo vence a su paso por las calles de su pueblo, pues derrama bendiciones aun con Sus manos enclavadas en la Cruz. Cristo reina en su majestad absoluta, acompañado siempre de María Santísima, Madre de Dios, Madre nuestra. Quien Reina sobre todas las cosas para los cruceros por su divina Maternidad del que es Rey universal por derecho propio.

Nos sentimos verdaderamente agradecidos a Dios en la Vera-Cruz y a la intercesión de María de las Angustias por habernos bendecido con un Jueves Santo pleno de luz y de oración, de fraternidad y de honra a los que ya no están.

EL JUEVES SANTO

A las diez de la mañana nos acompañaba la querida Banda de Música Ntra. Sra. de la Soledad, de Cantillana, con la que ya mantenemos un vínculo duradero junto a Agrupación Musical de la Expiración, de Salamanca, que se estrenaba en nuestra localidad. Además del pasacalles previo, ambas formaciones interpretaron sus sones entre la calle Ilipa Magna y la plaza de San Gregorio. Aquí, ante nuestro Amantísimos Titulares celebrábamos el Rezo del Ángelus, Ejercicio de las Cinco Llagas y Santo Rosario en la Capilla de San Gregorio. Vuelven a ser los verdaderos protagonistas de esta mañana de luz tanto el Santísimo Cristo, sol de los alcalareños, como María Santísima, radiante como una estrella entronizada en su paso de palio: belleza sublime que proviene del mismo Dios.

Se cumple este año 120 años del estreno del palio que donara D. Antonio Reverte en 1903, famoso torero alcalareño y Hermano Mayor Honorario de esta Hermandad. Un palio que luce recientemente restaurado en su totalidad en un esfuerzo encomiable de nuestros Hermanos que, con sus generosas aportaciones, se ha logrado rehabilitar no solo cada pieza del palio, sino también de nuestra cofradía.

Uniéndonos a nuestra Comunidad Parroquial en la celebración de la Cena del Señor, tenía lugar los Santo Oficios a las 15:45 horas. Concluido, el tradicional paseo daba comienzo, volviendo a dejar testimonio de la soberbia magnitud de esta antigua Hermandad. Dos larguísimas filas de más un millar Nazarenos otorgaban una estampa única en nuestra localidad.

De este modo, organizados en doce tramos, además de los Nazarenos de paso, los diez primeros accedían a nuestra Casa Hermandad para una mejor organización de la cofradía, que haría entrada a la plaza de San Gregorio desde la calle Coronel García-Baquero. Fue extraordinario el discurrir al son del tambor templado de la Decuria Romana para rendir ante el Santísimo Cristo en su salida procesional.

Bendito momento este en que, entre la luz cegadora y única del Jueves Santo, el Cristo de la Vera-Cruz cruzaba el dintel de la Ermita de San Gregorio a sones de su marcha, “Cristo de Vera-Cruz”, himno de la Semana Santa ilipense. Sobresaliente, como siempre, la interpretación de nuestra queridísima Banda Municipal de La Puebla del Río. Es indescriptible la emoción de todos los que contemplan la salida del Cristo: nos vienen recuerdos, nos acogemos a su misericordia y demostramos el fervor sincero que sentimos hacia Cristo Crucificado. Cristo impera, como siempre ha sido, en esta devota tierra.

Tras incorporarse los dos tramos de Hermanas ataviadas de mantilla portando carro con los cruceros de menor edad, de igual forma que lo hicieron los diez primeros tramos de nazarenos, cinco tramos de cruceras de mantilla acompañaban a nuestra Madre soberana. Propios y foráneos admiramos, fascinados, la majestad, belleza y señorío de la Madre de Dios en Alcalá en su paso de palio: la perfección. Ella es causa de nuestra alegría y consuelo de nuestros pesares. Contemplar en su angustia su mirada inclinada a todo aquel que le reza a sus pies, reconforta y llena de esperanza. Es una dicha que solo experimentamos aquellos que la tenemos por Madre y Reina. Refiriendo de nuevo a nuestro Hermano Mayor:

“Y siempre de la mano de nuestra Madre la Virgen de las Angustias. Angustias Reina de los cruceros, Angustias Reina de Alcalá del Río, Angustias reina del Cielo. Angustias, siempre Angustias.”

Es la cofradía de la Vera-Cruz, la cofradía mayor de Alcalá del Río: un ejemplo de amor y de entrega de Hermanos, pues en ella participan desde cruceros recién nacidos hasta hermanos octogenarios, en un loable ejemplo de superación. Una suerte de legado que nos enorgullece. Contábamos con más de 1510 Hermanos en nuestro cortejo. De hecho, cuando los últimos tramos del Santísimo Cristo discurrían por Ilipa Magna, el palio de Nuestra Señora procesionaba por la Plaza de España. El cortejo procesional completo de este 2023 estaba conformado por:

• 845 Nazarenos.

• 170 Nazarenos de paso.

• 382 Mantillas. • 61 Ángeles.

• 32 Acólitos.

• 20 Santas Mujeres y Decuria romana.

Luce la cofradía de la Vera-Cruz preciosa en cada punto en el que se admire. Cada detalle es fiel testigo de sus casi seis siglos de historia. Como siempre destacamos, además de las salidas y entradas, la contemplación por la calle Antonio Reverte, divisando la Vega del Guadalquivir como maravilloso telón. Por supuesto, también el discurrir de nuestro cortejo por el Edificio Vera-Cruz, donde los mayores de nuestra Residencia Virgen de las Angustias entregan una ofrenda a nuestros Titulares. Este hecho supone un emotivo momento dado que la Casa Hermandad posee un columbario donde se encuentran las cenizas de nuestros Hermanos y devotos. Es aquí donde se une el cielo con la tierra.

"Hoy, juntos, hemos rezado una verdadera oración en las calles de nuestro pueblo. Nuestra procesión ha subido al Cielo a modo de súplica, de acción de gracias, de perdón, de caridad. Nuestra procesión ha sido el pueblo de Dios, que camina a nuestra parroquia y regresa a su casa llenos de Amor."

Contábamos con distintos estrenos. En primer lugar, la imagen de Santa María Magdalena portaba un nuevo mantolín de terciopelo burdeos bordado en oro por Dña. Dolores Fernández, del taller de “Orobordado”, de Brenes. La pieza ha sido donada por un grupo de Hermanos. La Decuria Romana, además, modificaba y readaptaba su atuendo, luciendo soberbia y aún más adecuada y propia.

De la misma forma destacan aquellos valiosos estrenos que las Hermanas tienen a bien incorporar para los atuendos de las Santas Mujeres que encarnan, otra de las particularidades que hacen nuestra cofradía única, poniendo aún más en valor, si cabe, esta ancestral tradición.

De igual forma, dos nuevas composiciones musicales sonaban en nuestra Estación de Penitencia. En primer lugar, la marcha “El Cristo”, obra compuesta por N. H. D. Juan Manuel Velázquez Ruiz, era interpretada magistralmente por la Banda de La Puebla a la entrada del Santísimo Cristo al templo parroquial. Muy destacable el repertorio musical del Santísimo Cristo: fúnebre, solemne, bellísimo. Sublime también el momento en que la querida Agrupación musical Ntro. Padre Jesús Nazareno, de La Algaba, abría el cortejo de nuestra cofradía desfilando por la plaza de San Gregorio mientras interpretaba “Historia y alma de una devoción”, nueva composición de Francisco Javier Pérez que despertó una fuerte ovación entre los presentes en la plazoleta.

Sin duda, nuestras bandas de música merecen nuestro reconocimiento y gratitud por su buen hacer. Como ya hemos mencionado, las bandas de la mañana del Jueves Santo o las queridas formaciones de La Puebla y La Algaba, que participaron en el paseo y cortejo de tarde junto a la querida banda de música Virgen de las Mercedes, de Bollullos Par del Condado, tras el palio y la banda de música Ntra. Sra. del Valle de Burguillos, en el paseo. En la madrugada del Viernes Santo de nuevo la banda de La Puebla nos brindaba con sus sones momentos inolvidables. Salía el palio de Nuestra Señora con “La Virgen de las Angustias”, de David Hurtado. Marcha que nos transporta al grato recuerdo del Aniversario de Su Coronación. Esta bellísima composición, que también sonó en la entrada del palio, ha sido frecuentemente interpretada por distintas bandas de música en la Semana Santa de la geografía andaluza. Algunos ejemplos:

Maestro Tejera, tras el palio de la Cena; Santa Ana, de Dos Hermanas, al palio de Bellavista, San Gonzalo y la Soledad de Castilleja. La Puebla tras el palio de la Encarnación de San Benito y en las localidades de Jerez de la Frontera, Coria y Huelva capital. Julián Cerdán en Cádiz o Jerez. También en Málaga, la interpretaba la Banda Sinfónica de la Trinidad.

De igual forma, Cantillana tras el palio del Carmen, interpretó el Miércoles Santo "Virgen de las Angustias", tesoro patrimonial del recordado maestro D. Pedro Morales para nuestra Titular. Así, la Puebla la interpretó esta bella composición en Jerez.

También destacable el papel de nuestra querida banda de Bollullos, que nos viene acompañando desde hace diez años, siendo otra gran embajadora del patrimonio musical de nuestra Hermandad allí donde vaya.

Los sones de la Banda de Cornetas y Tambores de la Presentación al Pueblo, de Dos Hermanas también destacan por su potencia y fuerza, que contrastan con el silencio de la madrugada ilipense por excelencia. Tras el Cristo de la Vera-Cruz supone ya una clásica estampa en nuestra Semana Santa. De hecho, se cumplen veinte años desde que nos acompañó por primera vez en la madrugada del año 2003. Y así ha sido ininterrumpidamente. Memorable la subida de nuestro Señor en la conocida exclusivamente por los cruceros como “cuesta de la gloria”, digno ejemplo de elegancia y solemnidad.

Nada sería posible sin el encomiable esfuerzo de nuestros nazarenos de paso. Manteniendo una tradición ancestral, portan a nuestros Amantísimos Titulares con una majestuosidad asombrosa que nos enorgullece a todos. Papel muy destacable el de nuestros Hermanos en nuestro Jueves Santo que reconocemos en estas líneas y por los que oramos a Dios y a Su Madre que os apremie y bendiga siempre.

Hacemos extensible este reconocimiento y gratitud al equipo de Diputados de Tramo que consiguen que nuestro Jueves Santo siga dejando digno testimonio de organización y superación. Una cofradía de esta longitud, con sus diferentes singularidades añadidas, requiere de trabajo, esfuerzo y unión. Y así han demostrado estos Hermanos ejemplares con su buen hacer.

Es significativo cómo cruceros de muy corta edad participan en el cortejo de regreso a nuestra sede canónica, completando así su estación de penitencia. De igual forma destacamos el honorable papel de Hermanas que, a pesar de su avanzada edad, también portaban el clásico cirio crucero ante María Santísima. Es tan indescriptible el orgullo que se siente este día que muchos cruceros lo afrontan con una fuerza admirable, aquella que el resto del año cede. El Cristo y la Virgen y su poder infinito seguro que velaban por nuestros niños y mayores.

Así, nuestra cofradía partía desde la Iglesia Parroquial, tras el ejercicio del Vía Crucis en la primera hora del Viernes Santo, para regresar de nuevo a la Ermita, sede canónica de esta Hermandad desde su fundación en 1483. La Capilla de San Gregorio, a pesar de encontrarse inconclusa en su rehabilitación, cuyas obras prosiguen en los próximos días, mostraba algunas novedades como nueva luz eléctrica y reparación de desperfectos que hacían intuir una gran reforma y labor por parte de los técnicos. Este hecho avala el esfuerzo de las Hermandades que allí residimos por conservar nuestra sede como merece este pueblo.

La corta estancia en la Ermita, exclusivamente para celebrar la Semana Santa, ha transcurrido desde el jueves, 30 de marzo, hasta el 9 de abril. Han sido numerosos los gestos reseñables mientras allí residíamos. Ejemplo de ello fue la masiva afluencia de nuestros jóvenes en la mañana del Miércoles Santo para colaborar con la disposición de los clásicos claveles rojos del monte del paso del Cristo; pequeños cruceros que, de igual modo, en la jornada de formación sobre el Vía Crucis el Sábado de Pasión, aprendían y demostraban el futuro que puede seguir escribiendo esta corporación gracias al sentido formativo llevado a cabo por nuestro Grupo Joven. Igualmente, como es tradición, hemos tenido la dicha de ser visitados por los residentes y trabajadores de nuestra Residencia Virgen de las Angustias, que nos acompañaron elevando una oración a nuestros Amantísimos Titulares. No cabe más orgullo. Digna mención también los distintos gestos de sincero fervor a nuestras Sagradas Imágenes a través de numerosísimas ofrendas florales de los devotos depositadas a los pies de María Santísima.

Tras presidir nuestros Titulares nuestra Capilla, entronizados en sendos pasos procesionales, hemos regresado, entonces, a nuestra Casa Hermandad. Como colofón y broche de oro de tan magnífica y profunda semana, el Domingo de Resurrección, celebrando que Dios ha resucitado en otra luminosa jornada, nuestros Amantísimos Titulares fueron trasladados en andas, entre campanas y lluvia de pétalos, al Edificio Vera-Cruz. No cabe más plenitud entre los cruceros.

Concluimos esta extensa crónica con sincero agradecimiento a todos y cada uno de los Hermanos de Vera-Cruz. Gracias, Cristo de la Vera-Cruz, que siempre que a Ti nos encomendamos a través de la mediación de nuestra Madre y nuestra Reina suceden los milagros.

Cristo siempre vence.

Imágenes de Ntro. Hno. Paco Buendía Hernández, Ntro. Hno. Emilio López Valdivia, Ntro. Hno. Francisco Manuel Fernández Gómez, Ntro. Hno. Daniel Manuel Domínguez Ortega, Ntra. Hna. Mariluz Moreno Alfaro, Ntra. Hna. Mª Carmen Domínguez González, Ntro. Hno. Francisco Javier Asencio Milán, Ntro. Hno. Carlos Martínez Fernández.