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Cristo de la Vera-Cruz, derrama sobre estos niños y niñas tu bendición, para que, cuando lleguen a mayores por su buena conducta entre los hombres, y con la fuerza del Espíritu Santo,
sean testigos del Señor ante el mundo y enseñen y defiendan la fe que profesan.

Con la mediación de Nuestra Señora, María Santísima de las Angustias, en el día de su onomástica, roguemos al Señor.

Madre Bendita de las Angustias, acoge en tu seno a estos nuevos hermanos que en el día de ayer se postraban ante Ti.

Esta solemne Liturgia de la Palabra con Imposición de la Cruz a los nuevos Hermanos era celebrada ayer a las 19:00 horas, ante nuestros Amantísimos Titulares en el presbiterio de la Real Ermita de San Gregorio.

Nos acompañaba nuestro párroco D. José María, que se dirigía a nuestros Hermanos con unas palabras entrañables y profundas centradas en la festividad litúrgica del Buen Pastor que la Iglesia Católica celebra tres semanas después de la Resurrección del Señor, el cuarto Domingo de Pascua. Agradecemos su disposición y cercanía.

De igual forma, el acompañamiento musical estuvo conformado por la escolanía de nuestro Coro.

Para concluir el acto, nuestro Hermano Mayor se dirigía los cruceros del futuro y a sus familiares presentes en este culto que supone la antesala perfecta de la celebración de la Festividad de las Angustias de Nuestra Señora de hoy, 22 de abril:

<<Hermanos, acabamos de presentar vuestros hijos a nuestra Madre, la Virgen de las Angustias. Hemos invocado sobre ellos los cuidados de la Madre de Dios, una nueva Madre del cielo para vuestros niños, que los va a cuidar, proteger, e incluso mimar. Siempre teniendo presente al Stmo. Cristo en su Santa y Vera-Cruz, que es “camino, verdad y vida.”

Hoy, vuestros hijos os necesitan para todo, como padres lo sabéis bien. Lloran y tenéis que descubrir qué les pasa: hambre, sueño, qué les duele o si estará incómodo. Y, sin embargo, estáis felices porque vuestro amor de padres se derrama sobre ellos y estos pequeños angelitos se sienten protegidos, cuidados y queridos. Si cuidáis de ellos con tanta delicadeza para que crezcan sanos y felices, no podéis olvidar nunca que también crezcan en la Fe, dentro de la Iglesia, dentro de la Hermandad. Educarlos para que sean grandes seguidores de Cristo en su Santa Vera-Cruz, ser cristiano y ser crucero va unido.

Hoy le hemos puesto la Cruz de Hermano de nuestra corporación y, esa cruz que llevan colgando de sus cuellos y que cae sobre sus pequeños pechos, es el símbolo de los cristianos, de los cruceros, y esa Cruz será la mejor compañía para vuestros hijos. Esa cruz es el signo del Amor, el signo de la Paz de Cristo, es el perdón del Padre, es la Misericordia de Dios derramada sobre ellos, y es la Luz que les va a guiar por el camino de la vida.

Hoy, estos incipientes cruceros se han puesto a las plantas de la Virgen de las Angustias, la Madre de Dios y Madre nuestra. Padres, permitidme que me dirija a sus abuelos, porque estoy seguro que se van a encargar de hacer que vuestros hijos crezcan mirando esos ojos negros de la Virgen de las Angustias, queriéndola como Madre celestial. Una Madre de las Angustias que es ejemplo de vida, de entrega, de servicio, de amor incondicional. Una Madre de las Angustias llena de ternura, mediadora nuestra: contad siempre con su ayuda. Padres y abuelos, qué responsabilidad tan grande contraéis para hacer que estos niños crezcan aferrados a esa Cruz que llevan puesta para siempre.

Virgen de las Angustias, Madre nuestra, bendice a estos niños y a sus familias, bendice sus hogares para que en ellos habite siempre la luz de Cristo.

Vuestro Hermano Mayor.>>

Fotografías de N. H. D. Fracisco Manuel Fernández.