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ENTREVISTA A NUESTROS HÉROES. X.

Sirvan estas entrevistas a nuestros hermanos como seña de reconocimiento por su plausible trabajo. Elevando nuestras súplicas a Dios, Nuestro Señor, por su protección y agradeciendo su colaboración con este proyecto de visibilidad a su labor.

Hoy compartimos dos entrevistas, en primer lugar a Ntra. Hna. Manoli Romero Rodríguez, dependienta en el supermercado Lozam, de nuestra localidad.

1.- ¿Estás realizando ahora mismo el mismo trabajo que desempeñabas antes de empezar la crisis? En el caso de que tu trabajo haya cambiado, ¿en qué ha consistido el cambio?

Sí, desde hace 25 años estoy trabajando en supermercado Lozam, aquí en Alcalá. En cuanto a la crisis, el trabajo que desempeño está siendo más presionado a raíz de esta emergencia sanitaria, intentando de llevar todas las normas a cabo que ha puesto el Estado, y hacerlo lo mejor posible entre todas, gracias a mis compañeras que somos un gran equipo.

2.- ¿Cuando te diriges hacia tu lugar de trabajo qué piensas, en qué pones tus pensamientos? y cuando llegas, ¿qué te encuentras?

Cuando me dirijo al súper lo que intento es tener un día que sea lo mejor posible, mantener la mejor sonrisa ,ayudar a solucionar lo que se presente y tener la máxima precaución para no contagiarme ni contagiar a los míos.

3.- De todo lo vivido hasta ahora, ¿cuál ha sido tu peor experiencia? es decir, la vivencia más negativa.

La peor fue hace pocos días, al principio de la cuarentena las clientas compraban a lo grande y con mucho miedo, de tal manera que las existencias se agotaban y las personas que estaban esperando no les llegaba. Al día siguiente las mercancías no se recibían por la demanda tan grande que había: no podían abastecernos a todos y tuvo que ser poco a poco.

4.- ¿Y tu mejor experiencia? es decir, la más positiva.

La mejor experiencia es que después de tantos años en mi trabajo lo vea como mi segunda familia y con unos clientes que son especiales y fieles al Lozam y que cumplan las medidas para frenar y combatir este virus.

5.- ¿Con qué te quedas de todo esto?

Pues seguir trabajando e intentar llevar lo mejor posible lo que está sucediendo y agradecer en estos momentos a esos clientes que te valoran y te dan ánimo para seguir.

6.- Y para finalizar, ¿qué necesitas, qué le pedirías al Cristo y a la Virgen?

Necesito poco gracias a Dios y solo le pido al Stmo, Cristo  que nos proteja grandemente y a la Virgen Stma. de las Angustias que con su mirada nos cuide a todos los alcalareños, a toda mi familia y amigos.

Nosotras las dependientas no nos podemos quedar en casa pero tú sí, #QuédateEnCasa. 
Orgullosa de ser de la Cruz

En segundo lugar, compartimos la experiencia de Ntro. Hno. Enrique Moreno Arellano, bombero conductor perteneciente a la plantilla del Servicio contra Incendios y salvamento de Sevilla, quien nos comenta que, aunque no suele haber muchos cambios de personal entre los cuatro parques que hay en la ciudad, el 80 % del tiempo se encuentra en el Parque 2 o Parque Central, en el barrio de San Bernardo.

1. ¿Estás realizando ahora mismo el mismo trabajo que desempeñabas antes de empezar la crisis? En el caso que tu trabajo haya cambiado,     ¿en qué ha consistido el cambio?
El trabajo es el mismo, aunque sí es verdad que la siniestralidad ha bajado muchísimo. Al estar la gente en casa, las emergencias son menores.
El cambio está en los protocolos de actuación. Los primeros días, como en la mayoría de los sitios, tuvimos algunos problemas con el abastecimiento y uso de guantes y mascarillas, pero se pudo solventar. En las intervenciones vamos en grupos prefijados y seguirá así hasta que termine el confinamiento. No podemos abrir la ventanilla del vehículo ni abandonarlo hasta que se nos avise. En caso de que hayamos estado cerca de un positivo o sospechoso de positivo, el protocolo de desinfección y limpieza es mucho más exhaustivo.

2.¿Cuando te diriges a tu lugar de trabajo qué piensas, en qué pones tus pensamientos? Y cuando llegas, ¿qué te encuentras?

Hay mucho y a la vez poco, sobre todo centrado en mi familia y el trabajo. Cuando salgo de casa pienso en los que se quedan, en cómo estarán, que necesitarán… Son 24 horas fuera y en un momento difícil. Esta semana, por ejemplo, serán 96 horas de exposición. A veces es mejor no pensarlo.
Cuando llego a la ciudad, ya lo que veo me hace centrarme en mi trabajo. Poca circulación, poca gente en la calle, la policía patrullando… ¡Perfecto! Llevo muy mal saber o ver que hay gente en la calle que no tiene que estar ahí.
En el trabajo es complicado convivir con 22 personas más y preservarte tú y tus compañeros de un posible contagio. Es difícil: mismos sillones y sillas, cocina, frigorífico, puertas, mesas, pomos… Todos tocamos todo. No es un trabajo bueno para respetar la distancia. Aunque lo intentas, hay momentos que no se consigue. Aun así, seguimos intentándolo en la medida de lo posible.

3. De todo lo vivido hasta ahora, ¿cuál ha sido tu peor experiencia?, es decir, la vivencia más negativa.

Lo peor han sido las primeras guardias con la alerta tan reciente, no saber, no ver… Fue muy frustrante y se notaba en el ambiente de trabajo. Puertas del parque cerradas cuando están abiertas todo el año, sin saber dónde estar, sin quererte mover y a la espera de órdenes. Estos días el temor de no saber con qué volvería a casa era lo que más me inquietaba. Ahora, después de tantos días, tantas muertes, ver lo cerca que ocurren… me hace pensar en mis hijos. Están viviendo una parte de la historia que no se querrá recordar.

4. ¿Y tu mejor experiencia?, es decir, la más positiva.

Sin duda, las que tengo en casa cada 30 minutos. Es el tiempo que tardan mis dos chicos en pelearse. Estoy aprendiendo a “mirar” mientras aprenden a tocar un piano, ya soy nivel 0,5 en Fortnite, hacemos gimnasia juntos, pintamos, fontanería, carpintería,… Todo es de verdad y se traduce en que nos levantamos juntos cada día y seguimos acostándonos juntos cada noche. Pensar que no somos infinitos y que estamos de paso, intentar disfrutar de lo que tenemos mientras podemos.

5. ¿Con qué te quedas de todo esto?

Me quedo con la cara de un repartidor que llegó a casa a dejar un paquete, al que le pregunté cómo estaba y como llevaba el trabajo. Me miró resignado y asentando con la cabeza: “¡Vamos adelante!” Me contestó. Al darle ánimo y felicitarlo se sorprendió. Le expliqué que yo también sigo trabajando y que acababa de llegar. Se interesó por si yo también era repartidor. “¡No!, pero soy igual que tú. Tengo que trabajar cuando muchos se tienen que quedar en casa obligados” le contesté.
El hombre sonrió: “¿que eres?” “Soy Bombero, pero el nombre no es lo valioso, lo valioso es lo que tú y yo somos capaces de hacer por los demás.”
Se levantó la mascarilla y se miró la mano aún con el guante puesto. Viendo su intención le dije: “No lo hagas hombre, otro día me darás la mano.”
No dejó de mirarme hasta que volvió a su coche. Todos necesitamos de esa mano y de un empujón que nos levante. Sobre todo en estos momentos.

6. Y para finalizar, ¿qué necesitas, qué le pedirías al Cristo y a la Virgen?

Necesito tener salud. En estos días es cuando más se lo pido a “Ellos”. En momentos como éste es cuando te das cuenta de la importancia de que no falte. Pedirles salud para todos y que esto se acabe pronto. Que nos ayuden en lo que tiene que venir después del aislamiento, que les de cabeza a nuestros gobernantes y políticos para que lo hagan lo mejor posible. Que el santísimo Cristo y su Madre Bendita nos dé fuerzas para sobrellevarlo.