ACTUALIDAD
CRÓNICA Y GALERÍA DE LAS JMJ 2023
Concluía, el pasado domingo, la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que tenía lugar en Lisboa y era celebrada del 1 al 6 de agosto. Nuestra parroquia de Santa María de la Asunción, de Alcalá del Río, participaba aportando más de un centenar de jóvenes de nuestra Hermandad y de la Hermandad de la Soledad, coordinados por sus respectivas diputaciones de formación y juventud. Gracias al compromiso de estos peregrinos alcalareños y monitores, nuestra comunidad parroquial ha sido el grupo más numeroso de la Archidiócesis de Sevilla. Una honra para nuestro pueblo.
Concretamente entre el centenar de peregrinos alcalareños, 73 eran Hermanos de Vera-Cruz. Nuestra Junta de Oficiales quisiera trasladar a las familias de nuestra juventud sincera gratitud por haber asumido este esfuerzo en días previos a la celebración de nuestro XXXIV Campamento Vera-Cruz. De igual forma, agradecemos y reconocemos a nuestros jóvenes cruceros el compromiso con nuestra Hermandad, con nuestra parroquia, con nuestra localidad y con nuestra Diócesis.
Nuestro Grupo Joven también se encontraba representado gracias a la asistencia de los jóvenes de su Junta de Gobierno; por otro lado, numerosos compañeros de la Junta de Oficiales asistían como organizadoras, peregrinos o monitoras apoyando esta Jornada Mundial.
LA JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD
La JMJ es un encuentro de jóvenes de todo el mundo con el Papa. Es, además de una peregrinación, una fiesta de la juventud, una expresión de la Iglesia universal y un fuerte momento de evangelización del mundo juvenil. Se presenta como una invitación a una generación determinada en construir un mundo más justo y solidario.
Reúne a millones de jóvenes para celebrar la fe y su pertenencia a la Iglesia; de hecho, se estima que han sido más de un millón y medio de peregrinos los que han sido inscritos en esta jornada.
Acudir a la Jornada Mundial de la Juventud aporta a todos los participantes una verdadera experiencia donde los jóvenes son protagonistas y se les anima a promover la paz y se les enseña a apreciar nuestro planeta y sus bienes para preservarlos. Se fomenta la unión y la fraternidad entre los pueblos y las naciones de todo el mundo y, según la visión de sus participantes, se consigue con creces.
LA JMJ EN LISBOA
El vecino país de Portugal acogía a todos los jóvenes del mundo en esta peregrinación a Lisboa para encontrarnos con el Papa Francisco I, que regalaba a los jóvenes un mensaje contundente y auténtico desde el comienzo de esta jornada:
“La Iglesia no tiene puertas, para que todos puedan entrar. Y aquí también podemos insistir en que todos puedan entrar, porque esta es la casa de la Madre, y una madre siempre tiene el corazón abierto para todos sus hijos, todos, todos, todos, sin exclusión.”
En todas las intervenciones del Santo Padre se buscaba remover el alma joven del peregrino con frases que inundaban las redes sociales: “en la vida, nada es gratis. Todo se paga. Sólo hay una cosa gratis: el amor de Jesús. Entonces, con esto gratis que tenemos —el amor de Jesús— y con las ganas de caminar, caminemos en esperanza, miremos nuestras raíces y vayamos adelante, sin miedo. No tengan miedo".
A pesar de las difíciles condiciones de esta peregrinación, recibir al Papa Francisco supone que todo el esfuerzo merezca la pena. Decía Su santidad en la vigilia del sábado, 5 de agosto: “Caminar; si me caigo, levantarme o que me ayuden a levantarme; no permanecer caído; y entrenarme, entrenarme en el camino”.
La JMJ es un símil de la vida real. La juventud experimenta sensaciones de necesidad que hacen valorar más aún los bienes cotidianos. Se disfruta, de igual forma, de música de todo tipo (no solo el grupo Hakuna hizo levantar a nuestra juventud, sino que, literalmente, el padre Guilherme Peixote -conocido como el cura dj-, despertó a los peregrinos a ritmo de tecno en la mañana del domingo). Inolvidable. Todos nos emocionamos con espectáculos sorprendentes y nos fascinamos de la diversidad de las personas que nos rodeaban… Una ventana al mundo de la mano de nuestra Diócesis. De hecho, todos los jóvenes sevillanos de Sevilla y provincia hicieron brillar su fe a través de nuestras señas de identidad: sevillanas a la Virgen del Rocío, a Sevilla, a Andalucía, que levantaba admiración entre quienes cruzaban en su peregrinar.
Pero, sin duda, la Jornada Mundial de la Juventud es un gozo para el espíritu, una renovación de la fe de los cristianos y un signo de esperanza para que, en manos de los jóvenes cristianos, el futuro sea más tolerante, más respetuoso con el medio ambiente, preservando la paz y el fortalecimiento de una Iglesia en constante renovación. Un reflejo de la juventud. Una vivencia única y universal.
Como afirma el Santo Padre: “la JMJ ha demostrado a todos que otro mundo es posible”.