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BROCHE DE ORO DE LOS CULTOS DE MAYO DE 2021

En el día de ayer, lunes, 17 de mayo, tuvo lugar la devota Veneración ante nuestros Amantísimos Titulares en la Iglesia Parroquial de Santa María de la Asunción. Desde las 16:00 hasta las 19:30 horas los fieles pudieron acercarse a nuestras Sagradas Imágenes en una estampa única en nuestro pueblo. Finalmente, celebramos la Solemne Eucaristía y procesión claustral de las Imágenes.

Cristo muerto en la Cruz, es la imagen central del cristiano, del crucero y la devoción popular alcalareña. El Santísimo Cristo de la Vera-Cruz es Dios que besa Alcalá del Río presentándose alrededor de la carga alegórica del Triunfo de la Cruz frente a la muerte, convirtiéndose en fuente inagotable de vida, cáliz de salvación.

Esta instantánea ha variado de una época a otra, reflejando en su representación el pensamiento y el sentimiento del momento histórico en que se realiza y expresando el hecho cristiano por medio de símbolos y alegorías.

Al principio la Iglesia primitiva rehuyó el tema. El cristianismo perseguido por los romanos representaba la crucifixión simbólicamente, como el Cordero que representa a Cristo yuxtapuesto a una Cruz. Incluso cuando el emperador Constantino aprobó el cristianismo, se seguía representando la Cruz sin la figura de Cristo. La imagen de la Crucifixión, tal como la conocemos, aparecería por primera vez en el siglo VI, y fue poco frecuente hasta la época carolingia, cuando sus representaciones se multiplicaron en marfiles, trabajos en metal y manuscritos.

Decían los escritores medievales que la Cruz de Cristo estaba hecha con la misma madera del Árbol del Conocimiento, del Paraíso terrenal, y que Adán fue enterrado en el mismo lugar en que se produjo la Crucifixión. La calavera que suele verse al pie de la Cruz, alude no sólo al Gólgota, lugar de la calavera, sino al propio Adán. Esta iconografía aparece por primera vez en el siglo IX y desde entonces se repite en el arte. El simbolismo de la calavera, al pie de la Cruz de la que pendió Jesucristo, se debe a una antigua tradición judeocristiana que suponía que en el monte Gólgota era donde estaba enterrado Adán, hombre por el que entró el pecado y la muerte en el mundo. Según esa vieja tradición cristiana se explicaba que allí donde yacían los restos mortales del primer hombre pecador, se izó la Cruz en la que el Hijo de Dios, Jesucristo, murió inmolado para redimirnos del pecado original y rescatarnos de la muerte, dándonos la vida eterna. Es en el fondo un símbolo del triunfo de la Cruz sobre el pecado y la muerte, y una clara alusión a la Resurrección de Cristo.

La verdadera Cruz, de la que pende el hijo de Dios es abrazada por el velo que se rasga en dos y se sostiene por el sol, la luz que emana de sus llagas de amor y la luna como principio y fin, camino y vida. También en reflejo del Antiguo y Nuevo Testamento, pues la luna toma luz del propio sol para brillar de forma radiante, es por eso que se asemeja a la iluminación divina que el Nuevo Testamento contempla en sus escritos por ser los textos sagrados donde se describe la vida y Pasión del Hijo de Dios. El alfa y el omega de los astros, de la vida y del transcurrir de toda la cristiandad están en Cristo muerto, que se glorifica con la Resurrección.

Así en el himno eucarístico, el pelícano “Adoro te devote". Se llama a Cristo: Jesu Pie Pelicane, Jesús bondadoso pelícano, límpiame a mí, inmundo, con tu sangre, de la cual una sola gota puede salvar al mundo entero. Un símbolo muy ligado al Cristo de la Vera-Cruz, pues así porta en su paso procesional cada Jueves Santo.

El monte Calvario recreado para esta piadosa Veneración, se cuajaba de flores silvestres y se completaba con otros elementos como el cáliz, símbolo de la sangre que ha de verter: el vino, será causa de vida y beneficio. Y el agua que emana del centro de este, gracias a un mecanismo especial, dándole un realismo asombroso a este único Calvario para el Cristo Bendito de la Vera-Cruz.

Este trabajo ha sido coordinado por la priostía y su equipo, en un ejemplo de saber hacer y superación; para esta ocasión, hemos contado con el asesoramiento de Ntro. Hno. Manuel Mazuecos, a quien le profesamos sincera gratitud y agradecimiento, haciéndolo extensible a los Hermanos que han colaborado con él. 

María Santísima de las Angustias se presenta ante su pueblo como Reina del Cielo y de todo lo creado, en una peana creada para la ocasión en alusión a la Resurrección del Señor. Recoge el “Regina Coeli”: las palabras latinas con que abre el himno pascual a la Santísima Virgen María que traducidas al español son “Reina del cielo”. Una composición litúrgica a manera de felicitación a María por la Resurrección de su Hijo Jesucristo. El Regina Cœli sustituye el rezo del Angelus durante el tiempo pascual.

Regína cœli, lætáre, allelúia.

Quia quem meruísti portáre, allelúia.

Resurréxit, sicut dixit, allelúia.

Alégrate reina del cielo, aleluya.

Porque el que mereciste llevar en tu seno, aleluya.

Ha resucitado, como dijo, aleluya.

Como siempre asociada al Santísimo Cristo de la Vera-Cruz recreando el perpetuo “Stabat Mater” como pirámide de amor que nos entrega a sus hijos y al pueblo de Alcalá del Río.

Se mostraba coronando el altar del presbiterio el repostero municipal, con el escudo de la localidad como collación y guarda de Sevilla, enmarcado por las gradas suntuosas y el espectacular dosel plateado del Quinario, ejecutado por D. Fernando Marmolejo en la década de los 50. Un guiño al cumplirse 25 años de la concesión de la primera Medalla de Oro de Alcalá del Río a nuestra Hermandad y que le fue impuesta a Nuestra Madre ante todos los Hermanos y ante todo el pueblo de Alcalá del Río en la Función Principal de Instituto de 1996.  Medalla que reconocía el trabajo incesante de la Hermandad de la Vera-Cruz por amor al prójimo, por las buenas obras y por su amor por Ella, que llevaba prendida en su pecho, junto a la Cruz, rememorando aquel feliz día para nuestra Hermandad.

En la mano izquierda de María Santísima, se deposita la Rosa de Pasión de Cruz de Guía entregada por el Director General de Trasplantes del Colegio de Médicos de Sevilla, el Doctor D. José  Pérez Bernal, en reconocimiento por la labor que realiza la Hermandad de la Vera-Cruz en apoyo a la donación de órganos que, con anterioridad portaron la Santísima Virgen de las Angustias de la Hermandad de los Gitanos de Sevilla, la Santísima Virgen de la Estrella de Triana

Luce María Santísima de las Angustias Corona de Oro con la que fue coronada en 1971 de manos del Cardenal Bueno Monreal, y de la que se cumple su 50 Aniversario, celebrando nuestro pueblo durante todo este año esta simpar efeméride. Además, porta manto de Jueves Santo, profusamente bordado sobre terciopelo verde que incluye, en su centro, dos ángeles sosteniendo el anagrama de María timbrado por corona real. De similar estilo, sobre terciopelo verde oscuro y enriquecido con piedras preciosas, lucía también la saya procesional del Jueves Santo, obra de Juan Manuel Rodríguez Ojeda fechada en 1909. Ambas piezas, recientemente restauradas gracias al plan de restauración integral de enseres y bordados llevado a cabo por la Hermandad para el L Aniversario y costeado gracias al esfuerzo de los cruceros.  Flanqueaban a María Santísima los seis ángeles del paso procesional del Santísimo Cristo, custodiando a nuestra “Reina y Madre de los Cruceros, Reina de Alcalá y Reina de los Cielos” (Letanías María Santísima de las Angustias).

A la finalización de la Devota Veneración, como broche de oro para cerrar los cultos de mayo, celebramos Solemne Eucaristía ante nuestros Amantísimos Titulares, oficiada por Ntro. Hno. el Rvdo. Sr. D. Israel García Salgado. A la finalización de esta Santa Misa, el Santísimo Cristo de la Vera-Cruz y María Santísima de las Angustias Coronada fueron trasladados por la nave central de la Parroquia desde el presbiterio a la Capilla Bautismal, donde serán custodiados hasta ser trasladados a la Ermita de San Gregorio. Supuso un momento sublime y de gran emoción, pues con la única luz de las velas que portaban los Hermanos, éramos trasladados a la procesión de madrugada que esta Hermandad realiza a la finalización de estos cultos y conocidas como “La Subida”, de tanto arraigo en nuestro pueblo y en el ámbito cofrade.

Procesión de madrugada,
Amor de limpios conceptos;
el llanto acudió a los ojos
y en el corazón despierto
de encontradas emociones,
un ardiente florilegio.

Nos encomendamos a Dios Resucitado, a través de la mediación de María Santísima.