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ENTREVISTA A NUESTROS HÉROES

A través de una entrevista que iremos realizando a algunos hermanos que se enfrentan cada día desde su puesto de trabajo a esta compleja crisis sanitaria, se dará a conocer su experiencia, sus dificultades en el día a día, sentimientos, necesidades, además de una petición a Dios, nuestro Señor.

Nuestra hermandad quiere servir de bálsamo para los hermanos en estos días tan difíciles en los que nos encontramos. Por ello hemos pensado que también es momento de poner en valor el esfuerzo, la valentía y el cansancio de los miembros de nuestra hermandad que se enfrentan cada día desde su puesto de trabajo a esta compleja situación que estamos viviendo.Entre nuestros hermanos contamos con enfermeros, médicos, auxiliares de ayuda a domicilio, trabajadores de la Residencia, miembros de los cuerpos de seguridad, conductores del transporte público, trabajadores sociales, empleados de supermercados, etc. También contaremos con la visión de sacerdotes que se encuentran en primera línea y se enfrentan a esta complicada situación cara a cara. Gracias a sus palabras, el resto de hermanos nos haremos más conscientes de la realidad que estamos viviendo y, a la vez, pondremos en valor su esfuerzo.
La primera entrevista que hemos realizado es a Ntra. Hna Teresa Jiménez, DUE (enfermera) de la Residencia Virgen de las Angustias, a quien manifestamos nuestro reconocimiento y gratitud por su colaboración y plausible esfuerzo.

1.- ¿Estás realizando ahora mismo el mismo trabajo que desempeñabas antes de empezar la crisis? En el caso de que tu trabajo haya cambiado, ¿en qué ha consistido el cambio?

Desde hace 10 años desempeño las labores de enfermera en la residencia con todo lo que mi cargo supone. Con la crisis actual, el trabajo sigue siendo el mismo, sigo trabajando con los mismos residentes y el maravilloso equipo humano gerocultor que tiene nuestra residencia. El cambio es las medidas a tomar en cuenta que nuestro gobierno nos ha indicado para combatir, frenar y  eliminar el riesgo de contagio por el virus que ahora está asolando al mundo. Quizás el cambio más duro y más drástico haya sido cerrar la residencia a visitas, decisión que se tomó por parte de la dirección del centro antes incluso de decretarse el estado de alarma.

2.- ¿Cuándo te diriges hacia tu lugar de trabajo qué piensas, en qué pones tus pensamientos? y cuando llegas, ¿qué te encuentras?

Cuando me dirijo a la residencia lo único que voy pensando es en cómo saldrá el día y en si seré capaz de ser resolutiva antes los problemas que se me puedan presentar o qué es lo que hoy voy a intentar solucionar que el día anterior no pude. Trabajar con un sector de la población muy vulnerable y pluripatológicos, entre ellos, la demencia, pues es difícil adivinar si la jornada será igual que la anterior, será tranquila o será un turno difícil. Una vez que entras, y ves como están, pues ya te pones a trabajar e intento dar siempre lo mejor de mí.

3.- ¿De todo lo vivido hasta ahora, ¿cuál ha sido tu peor experiencia? es decir, la vivencia más negativa.

Lo más duro de trabajar en la residencia y lo considero como la peor experiencia es ver cómo las personas que te has llevado cuidando mucho tiempo, que has trabajado y has estado pendiente de ellas, pues se van. Pero de todo se aprende. Aunque sea duro y nadie lo quiera ver, a veces el final es una forma de que no haya más sufrimiento y la persona esté en paz. Hay una frase que suelo utilizar y pensarla mucho, y que estos casos es lo que mejor se puede hacer: si puedes curar, cura. Si no puedes curar, alivia. Si no puedes aliviar, consuela. Y si no puedes consolar, acompaña. Acompañar en el final de la vida es duro, pero te ayuda a creer en que hay mucha humanidad en este trabajo.
También puedo considerar como experiencias malas, que no entiendan el trabajo que realizamos, que no tenemos una varita mágica que todo lo podemos resolver y que no podemos frenar un avance del deterioro de una persona, ya sea por edad o por demencia, que en la mayoría de los casos, va asociado. Me frustra mucho cuando no valoran el trabajo de mis compañeras auxiliares o que la figura de la enfermera de residencia tenga que resolverlo todo y ya… 

4.- ¿Y tu mejor experiencia? es decir, la más positiva.

Las experiencias bonitas son todos los días ver que están todos bien, o que alguien se recupera de alguna patología. El simple hecho de que vuelvan a andar, se cure una herida o que coman bien… todo eso son pequeños resultados positivos. Sus sonrisas y agradecimientos, de ellos o de sus familiares que están siempre ahí, cuando haces un simple gesto por ellos, es lo que te hace seguir al pie del cañón y ver que todo tiene sentido. La experiencia más bonita es irte a tu casa después de la jornada sabiendo que están todos bien.
Y no puedo dejar de señalar el aprendizaje diario que aporta trabajar con personas mayores. Te nutres de experiencias vividas de ellos, aprendes a valorar lo que tienes y te sientes realizada como persona, ser útil para alguien.

5.- ¿Con qué te quedas de todo esto?

Pues trabajar con personas mayores no es fácil, pero tampoco difícil. No es fácil porque no son solo ellos, si no también sus circunstancias y su familia, no puedes trabajar a veces a nivel individual con el residente, tienes que trabajar con él su entorno. Pero como digo, no es difícil, porque ya he dicho que cualquier gesto lo agradecen mucho, formas parte de sus familias y ellos forman parte de tu vida.
Pero en estos días, en los que no pueden ver a sus familiares, solo nos ven a nosotros a través de una mascarilla y nos ven preocupados por ellos. Intentamos transmitirles tranquilidad y calmar. He de decir que trabajamos con miedo a que nosotros podamos contagiarles a ellos y que por nuestra culpa, puedan caer enfermos. Pero ahora saben perfectamente el trabajo que estamos realizando y son ellos mismos los que nos transmiten esa fuerza que necesitamos para salir todos de esta.

 

6.- Y para finalizar, ¿qué necesitas, qué le pedirías al Cristo y a la Virgen?

 

Necesitar, gracias a dios, no necesito nada, pero si les pediría que nos cuide a todos, tanto a residentes como a trabajadores y que pase esto rápido y sin tener que lamentar nada. No tengo dudas que el Stmo. Cristo nos está protegiendo y la Virgen Santísima de las Angustias nos está resguardando bajo su manto. Además de Santa Ángela, que la tenemos en el oratorio de la residencia, nos está cubriendo y velando por todos nosotros.
Quisiera agradecer todas las muestras de cariño que estamos recibiendo estos días, los mensajes de apoyos, los ánimos, los aplausos y la música de los vecinos que todas las tarde nos amenizan.
También agradecer el esfuerzo que están realizando todo el equipo humano de trabajadores de la residencia, que el cansancio de trabajar con la presión que estos días está suponiendo no es fácil, pero ahí están. Quizás no seamos los que estamos en primera línea de batalla, pero somos los que cuidamos a los que un día si lo estuvieron por nosotros.
Y, por último, decir que nosotros no nos podemos quedar en casa porque hay que cuidar de ellos, pero tú, que estas leyendo esto sí, por nosotros, pero sobre todo por ellos.
¡juntos saldremos de esta!