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XXIX Campamento Vera-Cruz

El Campamento de mejores cruceros, mejores cristianos y mejores personas

El pasado viernes, 9 de noviembre, y hasta el domingo 11, la vigésimo novena edición del Campamento Vera-Cruz volvió a tomar forma en un nuevo turno. Siendo este el tercero de los cuatro programados, dedicado a los hermanos mayores de 25 años.

Más de 60 campistas, junto a 23 monitores, disfrutaron de unos días inolvidables de fraternidad y convivencia en las instalaciones de Sierra Huéznar. Marco natural perfecto, con instalaciones a la altura de nuestras necesidades, de gran comodidad y ofreciendo múltiples posibilidades en un paraje de gran belleza.

Cabe resaltar la cifra cuantitativa de campistas, dado que el proyecto de campamento se ha ramificado en cuatro turnos: primer, segundo y tercer turno, además del "campaventura". Reuniendo todo el proyecto más de 300 hermanos en el objetivo común de ser mejores cristianos y mejores personas.

Ha sido un año de intenso trabajo en la diputación de juventud y formación, cumpliendo con cada proyecto formativo emprendido (desde la formación de nuestros monitores, a la formación de cada grupo de edad, pasando por los valores impartidos en cada turno de campamento). Por ello, la abrumadora cifra de campistas no sería nada sin cumplir con los objetivos formativos que hacen del campamento Vera-Cruz, una original y única catequesis de valores.

En el tercer turno, por tanto, siguiendo esta línea de trabajo, se trataron los valores de la familia, la complicidad, la fe y la creatividad en veladas ambientadas en Egipto o en una especie de flash back al pasado, dialogando con el niño interior que cada uno llevamos dentro. Trabajamos en equipo en una mañana regional de lo más divertida y nos unimos desde nuestra devoción común para llegar a Dios a través de nuestra Benita Madre de las Angustias. Creamos bailes sorprendentes y cantamos miles de canciones. Siempre en común, haciendo gala de la unión de la disfrutamos en la Hermandad de la Vera-Cruz. Y rezamos a Dios, Nuestro Señor, en cada buenos días, en cada tarde alrededor de la bandera y en la oscuridad del acto de buenas noches.

A su vez, tuvo lugar la Santa Misa en tan admirable paisaje natural, oficiada por D. Guillermo Rodríguez Izquierdo. Sacerdote jesuita que promulgó unas preciosas y profundas palabras sobre la humildad y el amor a Cristo. Nos invitaba a regalar siempre un corazón puro y limpio de bondad y generosidad.

Sin duda, este es el objetivo que busca nuestro campamento y, sin duda, este año ha sido especial. Junto a las campistas más veteranas, que apostaron desde el primer momento por este proyecto -que cumple ya diez años-, volvieron los campistas más jóvenes que, tras más de una década sin colgarse el pañuelo del campamento, disfrutaban como aquellos primeros y memorables años de campamento. Todos somos una misma familia alrededor de la Santa Vera-Cruz.

Solo queda manifestar nuestra gratitud por el exitoso colofón del proyecto de campamento de este año, que volvía a crecer sin miedo y "armando jaleo", tal y como invita el Papa Francisco. Y agradecer a un equipo de monitores lleno de vida y compromiso que nos enorgullece a todos; a un grupo de hermanos cocineros -en una labor admirable- que han sabido deleitarnos con un menú exquisito. Al cuerpo de hermanos campistas, porque sin ellos nada de esto sería posible; a todos los que conforman la diputación de juventud y formación, por estar a la altura de las circunstancias y tener una altura de miras ejemplar.

Y a María Santísima de las Angustias Coronada, que nos lleva al Santísimo Cristo por su mediación para ser, -como decía esta crónica y como tiene de fin de este campamento-, mejores cruceros, mejores cristianos y mejores personas.

Ahora, a trabajar para el XXX Campamento Vera-Cruz.